.
Ningún David Lynch nos filmó
fregando las viejas zapatillas
con la certeza
de que las cosas seguían existiendo detrás nuestro.
Ahora puedo fumar
y colgar
todos los dibujos que hicimos
en los parques alambrados,
entre muros blancos, sanos, perfectos.
Ahora también puedo
tomar café
y pensar
que a esta altura de la vida
ya debería saber algunas cosas,
que a esta altura de mi vida
ya debería acariciar algunas cumbres.
Reclino la cabeza, dejo que suba la esperanza
mientras recuerdo
un paso sobre el aire
y los falsos escalones.
.